Textura y carácter

Vivienda de un dormitorio

En 50 m² el reto fue crear un espacio que cumpliera todas las funciones esenciales y, al mismo tiempo, reflejara la personalidad de su propietaria. Optamos por una base cromática neutra —paredes en tono hueso y suelo continuo claro— para ampliar visualmente la vivienda. Sobre ella, introdujimos pinceladas de color mostaza y terracota en textiles y arte mural.
La textura se convirtió en la herramienta principal para generar carácter: listones de madera en el cabecero, encimera de piedra con veta marcada y lámparas de fibra natural aportan relieve sin saturar. El mobiliario modular permite reconfigurar la estancia según la ocasión, asegurando flexibilidad.
La iluminación se planteó en capas: luz general cálida, focos orientables en zonas de trabajo y tiras LED ambientales. Así se enfatiza la lectura de los volúmenes y se subraya la riqueza material.
El proyecto demuestra que, con una estrategia de color contenida y un estudio minucioso de la textura, es posible conseguir un hogar envolvente y funcional en una superficie reducida.